Bien, se trata de un miedo irracional, un trastorno de ansiedad dónde la persona que padece un miedo implacable ante un objeto, situación, ser vivo, lugar, etc. Las personas con fobia experimentan frecuentemente un miedo aumentado, mucho mayor en su mente que en la vida real.
Percibir, o mejor dicho sentir miedo es una sensación que hemos experimentado todos en alguna ocasión: miedo a un pensamiento, miedo a ciertos ruidos, miedo a no saber expresarnos en un momento determinado, a una situación concreta, miedo a perder a alguien, etc.
Los seres humanos vemos el miedo como algo normal y habitual, ya que estamos acostumbrados a él, y a que forme parte de nuestro día a día. Podemos llegar a entender que sentir miedo, aunque no sea una sensación agradable, puede desencadenar una serie de funciones positivas para nuestra protección.
Por otra parte, en algunas situaciones el miedo pasa de ser una reacción justificada ante ciertos estímulos a convertirse en un grave problema que nos impide llevar una vida normal. Algunos miedos no muestran ciertos problemas en el día a día, pero sin embargo, otros pueden llegar a dificultar gravemente nuestra actividad cotidiana.
Una persona muestra una fobia cuando manifiesta un miedo desproporcionado ante circunstancias específicas u objetos, y genera cierta sensación de malestar físico. Son desórdenes psicológicos los cuales pueden crearse por una experiencia vivida, y que mayormente están relacionados con trastornos de ansiedad y depresión.
Una fobia es un miedo irracional el cual resulta incontrolable la mayoría de veces para quien la padece. Cuando mencionamos ésta palabra, es porque nuestros miedos se han convertido en un problema.
Éstas reciben varios nombres: claustrofobia, agorafobia, acrofobia, etc. Es muy normal que las personas que padecen de una fobia, son conscientes de lo absurdo de su situación, pero no pueden evitar ciertas reacciones como huir o prevenir.
Se podría decir que tener miedo nos lleva a aceptar ciertas condicionas las cuales realmente no deseamos, como por ejemplo agradecer mucho, exigir poco, pero sin llegar a estancarnos.
A continuación nombraremos algunas de las fobias más extrañas:
– Allodaxafobia: miedo a las opiniones de los demás.
– Apeirofobia: miedo a lo infinito.
– Autofobia: miedo a sí mismo.
– Cromatofobia: miedo a los colores.
– Dextrofobia: miedo a los objetos a la derecha del cuerpo.
– Eisoptrofobia: miedo a los espejos.
– Ecofobia: miedo al hogar.
– Escriptofobia: miedo a escribir en público.
– Estasifobia: miedo a estar de pie.
– Fagofobia: miedo a comer.
– Nostofobia: miedo a volver a casa.
– Optofobia: miedo a abrir los ojos.
– Panofobia: miedo a todo.
– Zeusofobia: miedo a seres superiores, como dioses.
Fobias más conocidas:
– Acrofobia: miedo a lugares altos.
– Agorafobia: miedo a lugares abiertos.
– Aigmofobia: miedo a objetos puntiagudos.
– Algofobia: miedo al dolor.
– Aracnofobia: asco o miedo irracional a las arañas.
– Bacteriofobia: miedo a las bacterias.
– Cinofobia: miedo a los perros.
– Entomofobia: miedo a los insectos.
– Gelofobia: miedo a los gatos.
– Ofidiofobia: miedo a las serpientes.
– Brontofobia: miedo a los truenos.
– Claustrofobia: miedo a lugares encerrados.
– Criptofobia: miedo a espacios pequeños.
– Neofobia: miedo a lo nuevo.
– Nictalofobia: miedo a la noche.
– Tanatofobia: miedo a la muerte.
– Nosofobia: miedo a las enfermedades.
– Fobofobia: miedo a la angustia.
– Hematofobia: miedo a la sangre.
– Misofobia: miedo al contagio.
– Traumatofobia: miedo a los accidentes.
– Cardiopatofobia: miedo a los infartos.
– Muridofobia: miedo a los ratones.
– Zoofobia: miedo a los animales.
La psicología clínica ha guiado gran parte de sus esfuerzos a combatir contra las fobias, y en conclusión, podemos decir que los resultados que se obtienen con ella son muy satisfactorios. Respecto a la hipnosis clínica es una herramienta opcional que aplicamos siempre que el paciente lo desee, siendo desde nuestra experiencia, un recurso fundamental dentro de la psicoterapia y especialmente útil.