La depresión es un trastorno el cual afecta a un gran porcentaje de la población. Hay diversos tipos de depresión, pero lo más habitual es que ésta surja como respuesta a un estrés prolongado o a una serie de conflictos no resueltos.
Se dice que en la depresión existen tres factores los cuales coindicen en la mayoría de los casos, éstos son los siguientes:
– En primer lugar encontramos el concepto negativo dónde la persona se percibe a sí misma como fracasada, poco atractiva, poco valiosa, etc.
– En segundo lugar, tenemos el concepto del mundo, dónde el paciente contempla el mundo y la vida en general como esencialmente frustrante.
– Y por último, el concepto del futuro, dónde la persona suele presentar y expresar un profundo pesimismo.
Hay que tener en cuenta el número y la intensidad de los síntomas, ya que los episodios depresivos son clasificables como leves, moderados o graves.
Una forma de poder distinguirlo es la impuesta entre la depresión en persona con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos pueden ser recidivantes e incluso crónicos, especialmente si éstos no son tratados.
– La depresión unipolar, durante los episodios depresivos hay estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, durante un mínimo de dos semanas. Muchas persona con depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, baja autoestima, sentimiento de culpa, etc.
Según el número y la intensidad de los síntomas, estos episodios depresivos pueden clasificarse como ya se ha comentado anteriormente, en leves, moderados o graves. Las personas con dicho episodios depresivos leves tendrán algún inconveniente para seguir con su vida cotidiana, así como en actividades sociales y laborales. Sin embargo, durante un episodio grave es muy improbable que el paciente pueda mantener dichas actividades si no es con grandes limitaciones.
– El trastorno bipolar, este tipo de depresión consiste principalmente en episodios maníacos y depresivos los cuales están separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Éstos episodios cursan con estado de ánimo alto e/o irritable, exceso de autoestima, hiperactividad, disminución de la necesidad de dormir y logorrea.
La depresión es el resultado de interacciones complicadas entres factores biológicos, psicológicos y sociales. Así mismo, puede empeorar la situación vital de la persona afectada, generando más estrés y disfunción, y como consecuencia la propia depresión.
Hay correlación entre la salud física y la depresión, ya que ciertas enfermedades cardiovasculares pueden llegar a producir depresión y viceversa.
Los programas de prevención reducen la depresión. Entre la planificación comunitaria eficaz para poder prevenirla se encuentra el programa escolar de prevención del maltrato infantil o los programas para mejorar las aptitudes sociales, cognitivas y de resolución de problemas de los adolescentes.
Por otra parte, las intervenciones dirigidas especialmente a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir de cierto modo los síntomas depresivos de los padres haciendo que mejoren los resultados de sus hijos. Los programas para las personas mayores también son eficaces para poder prevenir la depresión.
Cada paciente tiene un caso diferente y completamente distinto al del resto, por esa simple razón se debe examinar de forma individualizada. Hay tratamientos que son muy eficaces para la depresión y puede ser diagnosticado y tratado de forma segura por profesionales capacitados. Los tratamientos terapéuticos recomendados para la depresión moderada a grave consiste en:
– Psicoterapia.
– Hipnoterapia terapéutica.
– La psicoterapia interpersonal o las técnicas para la resolución de problemas.